sábado, 26 de noviembre de 2016

Cultura Egipcia

Egipto: 
Egipto surge en la prehistoria en estrecha relación con el río Nilo que atraviesa el legendario país fluyendo hasta el mediterráneo y determinando su culta existencia. Las crecidas regulares y periódicas que experimenta el caudal por el deshielo de las nieves con el consiguiente desbordamiento de las aguas e inundaciones de las tierras hacen la vida y la historia de Egipto. Las inundaciones crean un limo que actúa como fertilizante natural de las tierras favoreciendo la producción agrícola y en consecuencia, la concentración de la vida humana a lo largo del valle del río. Incluso el año para los egipcios es reflejo de esta peculiaridad geográfica. Se divide en tres estaciones según la situación de las aguas del río. Es lo que se llama 'calendario nilótico'. Egipto es el don del sol. Nada podría el Nilo con su limo fertilizador sin el sol que nutre las tierras y las vivifica. El único astro que reina y domina en Egipto es el sol. Él es el que cría las plantas, regula las inundaciones y funde las nieves. Es el astro mágico que anima a las almas. Cuando vayáis a Egipto veréis que el día empieza con un estadillo de luz. Las otras estrellas no brillan con el brillo como lucen en las tierras altas del planeta tierra. Egipto es un país de tumbas. Más acertado sería decir, Egipto está poblado de personajes vivos, si el vivir es existir como espíritus y entes de razón. Las tumbas en Egipto son moradas. Allá van a morar los difuntos con otra vida diferente pero no peor que la que tienen cuando vivían.





Literatura: En Egipto, hasta el término de su historia, los ejercicios que se daban a los escolares estaban sacados de los clásicos antiguos, nunca de literatura contemporánea o reciente.
Conocemos buen número de obras egipcias sólo por copias posteriores, pero los originales se atribuyen a la XII dinastía y, tal vez, al periodo entre la VI y la V. Este periodo, entre el año 2800 y el 2200 antes de Cristo , parece que ha sido el más brillante de la literatura egipcia. En el Reino Medio, a partir del 2000 a. d. c., la mayoría de las formas literarias habían llegado a su máximo desarrollo.
Después de esa fecha, la invención literaria se manifiesta como casi agotada. Algunos himnos de la XVIII y XIX dinastías, alcanzan un nivel de poesía realmente alto, pero tienen como modelo poemas antiguos, a los que deben en gran parte su calidad.
Hay serias dificultades para apreciar el valor literario de esa literatura, tanto en su forma como en su contenido.
  • Primera dificultad: la escasez de material. La escritura se había inventado por necesidades prácticas, mercantiles, y, menos, por necesidades religiosas; no como medio de expresión literaria. Los pocos textos conservados, lo han hecho en materiales como la piedra, el papiro o la arcilla, algunos de ellos tan frágiles que nos hace pensar puedan haberse perdido muchos de ellos.
  • Segunda dificultad: el lenguaje: A veces los textos aparecen fragmentados, faltan palabras clave en la frase. Incluso cuando el texto está completo, la traducción no es muy fiable. Cuando es un texto poético o imaginativo, el vocabulario empleado es diferente al comercial e introduce palabras para las que no hay traducción, o palabras con valores metafóricos o alternativos que se le escapan al traductor. Es fácil encontrar que un mismo texto ha sido traducido de manera diferente por dos estudiosos.
Por todo esto, se puede atribuir al documento la categoría que le corresponde, es decir, podemos afirmar que es un himno, un mito o fábula, un proverbio, un aforismo…, pero es muy difícil apreciar el valor como obra de arte.
Hasta la forma del texto original puede ser dudosa. No es fácil decidir, ni siquiera, si está en prosa o en verso. En algún papiro se observa cómo los finales de verso están marcados con puntos rojos. En este caso no hay dificultades, pero si el escriba omite esos puntos, la identificación del texto es más problemática.


















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